Con motivo de la Festividad de la Inmaculada Concepción de María junto con la
llegada del Adviento, María Santísima de la Trinidad, una vez más, ha sido
ataviada para la ocasión.
Con la llegada del Adviento abrimos el Año Litúrgico,
tiempo de Esperanza para la llegada de nuestro Señor, El Salvador. Estamos
en tiempo de espera de la Navidad y Nuestras Imágenes Marianas toman un cambio
importante en sus formas de vestir, y pasan del riguroso luto del mes de los
Difuntos a la alegría del Nacimiento de Jesús.
Nuestra Señora cambia su manto negro de luto por otro de
color azul Inmaculado, luce saya de damasco blanco y completa su tocado
con tela de raso blanco. Resplandece cinturilla y corona plateada. En su
pecherín tiene un broche de plata con el nombre TRINIDAD.
Edita: Junta de Gobierno.
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