Con el regreso del mes de diciembre llega el tiempo de Adviento, tiempo en el que se espera la llegada del Mesías,
gran acontecimiento para el mundo cristiano, y en el que las Vírgenes cambian
sus vestiduras por otras menos sobrias.
María es la figura clave del Adviento, que puede considerarse como un
“tiempo mariano”. María, desde su sencillez y su pobreza, preparó su seno como huerto
donde Dios pudiera sembrar la salvación del mundo. María preparó con su vida la
primera Navidad, pobre y desplazada, pero siempre alegre y optimista. María
preparó su corazón para guardar lo incomprensible
hasta aprender que, además de Madre,
debía convertirse en discípula.
El
viernes 30 de noviembre, Nuestra Hermandad procedía a vivir otro ritual no muy
conocido para muchos, aunque sí en el seno interno de las Hermandades. Estamos
en tiempo de espera de la Navidad y Nuestras Imágenes Marianas toman un cambio
importante en sus formas de vestir, y pasan del riguroso luto del mes de los
Difuntos a la alegría del nacimiento del Salvador.
Nuestra Señora María Stma. de la Trinidad cambia su manto negro brocado oro por otro de color azul Inmaculada, luce saya de damasco blanco y completa su tocado con tela de raso blanco. Resplandece cinturilla y corona plateada. En su pecherín tiene un broche de plata con el nombre TRINIDAD.
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